En el último semestre del año pasado, se presentó en México la iniciativa para reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales. A pesar de la presión ejercida por millones de trabajadores y trabajadoras, la reforma no logró ser aprobada durante el periodo de sesiones que concluyó en el presente año.
El dictamen de ley fue respaldado en abril del año pasado en la Cámara de Diputados con 25 votos a favor y 5 abstenciones. Sin embargo, la iniciativa no llegó al pleno, convirtiéndose en una de las reformas laborales pendientes para el próximo periodo de sesiones.
La incertidumbre sobre la fecha exacta de discusión persiste, pero se establece como límite el 30 de abril de 2024, cuando terminarán las sesiones de la actual Cámara de Diputados. En ese momento, se revelarán las posturas a favor y en contra de la reducción de la jornada laboral, dejando en manos de los legisladores la decisión final sobre la aprobación del proyecto.
Jorge Romero, presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) de la Cámara de Diputados, ha reiterado desde finales de 2023 que todas las bancadas políticas tienen la intención de votar esta reforma laboral lo más pronto posible, buscando beneficiar a los trabajadores de todo el país.
Aunado a la reducción de la jornada laboral, persisten otras reformas laborales pendientes. Destacan el aumento al salario mínimo anual por encima de la inflación, la búsqueda de una pensión digna para las personas bajo el régimen del 97, la reducción de la edad para pensionarse, el pago de aguinaldo equivalente a mínimo 30 días de salario, y el aumento de 5 a 20 días de descanso por permiso de paternidad con goce de sueldo, extendiéndose hasta 30 días en casos de complicaciones para la madre o el bebé.
Por Salvador Sánchez
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