La Megafarmacia, inaugurada con grandes expectativas para abordar el desabasto de medicamentos en México, ha evidenciado un rotundo fracaso en su propósito. Desde su apertura, la situación ha sido desalentadora, con apenas un 0.9% de su capacidad de almacenamiento inicialmente disponible.
Según datos recientes, al 29 de abril de 2024, la bodega en Huehuetoca, Estado de México, ha surtido apenas 341 recetas, con un promedio diario de apenas 2.7 recetas desde diciembre de 2023. En comparación, en abril de 2023, el IMSS surtía diariamente 613 mil recetas.
La Megafarmacia ha servido principalmente a dos derechohabientes del IMSS, 210 pacientes del ISSSTE y 129 personas sin seguridad social que se atienden en IMSS-Bienestar. Además, ha enfrentado problemas de comunicación, con más de 24 mil llamadas sin respuesta y 27 mil más sin información suficiente para ser atendidas.
El verdadero problema radica en la falta de medicamentos, ya que la Megafarmacia no realizó compras específicas para su apertura, dependiendo en su lugar de préstamos de otras instituciones de salud. Esta baja productividad ha sido evidente desde los primeros días, con solo 67 folios surtidos en enero de 2024.
La Megafarmacia, destinada a ser un salvavidas en la crisis de salud, se ha convertido en otro símbolo de la ineficiencia y la falta de planificación en el sistema de salud mexicano.
Por Areli Rodríguez
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